lunes, julio 28, 2014

Carta de un israelí indignado y opiniones de Eduardo Galeano sobre Gaza




En la entrada anterior hacía autocrítica sobre la capacidad que tenemos o no de escuchar a los demás. Sobre todo, a los que piensan diferente. Respecto al tema - Israel-Gaza -  que venimos abordado últimamente,  leo y escucho todo aquello que llega a mis manos y a mis oídos.  Cada cual tiene sus razones y sinrazones para valorar este cruento episodio bélico de una u otra manera... Yo, y no me dolerán prendas si algún día tengo que rectificar, sigo pensando que lo que Israel está haciendo en Gaza es un auténtico despropósito (por supuesto, esta última palabra es un eufemismo...) 

Una bloguera argentina, que lamentablemente lleva bastante tiempo en el dique seco, y a la que tengo en grandísima estima, me envía esta carta de un compatriota radicado en Israel. Creo que merece atención...

 23/07/2014 Por Uriel Kon

Uriel Kon, un argentino radicado en Israel, hizo públicas sus diferencias con la política contraofensiva en la Franja de Gaza. Plazademayo.com reproduce su texto.
  
Vergüenza bronca e impotencia. Eso es lo que siento al vivir dentro o a un costado de la sociedad israelí: en su gran gran mayoría se trata de un cúmulo de individuos que han sufrido un lavado de cerebro sistemático, desde chiquitos. Cerebros lavados y lavadores de cerebros profesionales; victimarios que de alguna manera lograron desarrollar un mecanismo de autoconvencimiento, una completa insensibilidad frente al sufrimiento del otro – todo esto combinado con un sentimiento de superioridad indeleble, paradójicamente mezclado con ignorancia, vulgaridad y un racismo virulento. El racismo y la discriminación, aplicados tanto en el plano personal como institucional.

Una sociedad como la israelí, que nunca quiso ni busco la paz, está destinada a  desaparecer. Tal es el destino final de las democracias étnicas.

Hablar se torna peligroso.

Los diarios y los sitios en la web de noticias en hebreo, narran la guerra de manera tal que cualquier duda sea eliminada. Las noticias se enuncian como pequeñas piezas de discurso adoctrinador, que es repetido como mantra en el bar, en el café, en las universidades, de padres a hijos, de oficiales a soldados. Es así que no hay huecos en el imaginario local, casi no existe la izquierda ni la critica: abolidos. La autocrítica es traición. La mirada de odio y de placer del sabrá israelí ante los ataques por tierra y los bombardeos, es evidente.

Hace unos minutos me encontré con un amigo argentino. Coincidimos en que es imposible hablarle a la mayor parte de los sabrás. Sus miradas cambian, los ojos giran, cambian de órbita hacia adentro; parecen zombis. Su amargura y rudeza son innatas, pero se potencian con el odio. Para ellos la guerra, todas las guerras israelíes son morales, no se las pudo evitar. Son guerras impuestas por el enemigo. Ellos son el oasis de oriente medio, son el milagro, son los elegidos. O a la ney matogrosso: son la rosa de Hiroshima.

Disparan y lloran. Lloriquean mientras matan y construyen nuevos asentamientos en los territorios ocupados. Ellos no quieren matar pero matan. Quieren la paz en la guerra. Y se lo creen!

A no confundirse los que visiten Tel-Aviv, mundo de mini shorts, pop americano y multisexualidad. Debajo del pastito cuidado, de la gente paseando perros o andando en patín, detrás de la literatura local de medio pelo a la que le gusta leerse en tramas infantiles o dramitas cotidianos, detrás de boutiques divinas y el mundillo tanto corporativo como artístico, se esconde una perversidad guerrera, una santificación de la muerte propia y ajena, y se rinde culto al eterno consenso sobre la conquista y la opresión.

Pero este palabrerío tan adjetivado quería ser solicitada: solicito a mis amigos coles, a los que de alguna manera se criaron – como yo – dentro de las comunidades judías en Latinoamérica, con ese dejo de izquierda idish, con determinada alegría de vivir rodeados de seres humanos diferentes, seducidos por la diversidad – que llego el momento de desdecirnos de manera rotunda de Israel: separar por fin el judaísmo de la doctrina nacional de este país acabado. A contrapelo de lo que aprendimos en la escuela – sionismo es racismo. Sionismo es también una forma de antisemitismo. El prototipo de ario israelí fracaso, y en su fracaso, como durante las últimas semanas del nazismo en la guerra, quiere borrarnos a todos – quiere volar todos los puentes. Quieren morir en el odio automático y la pasión erótica por la guerra.

No apoyar más a Israel. No aportar dinero que el dinero estuvo y estará destinado a plantar bosques sobre pueblos palestinos destruidos. Que el dinero va para seguir construyendo la infraestructura de los asentamientos en los territorios ocupados y así anular cualquier plan de división territorial. Que el apoyo es utilizado para matar gente, asesinar chicos, probar nuevas armas, criar nuevos soldaditos zombis, carentes de ideas independientes.

Mirar a la cara a esta gente, y más en época de guerra, da miedo. Son rostros de gente que tiene nauseas cuando se utiliza la combinación de palabras “derechos-humanos”. Para ellos los derechos humanos son antisemitas. Justo ellos, que son los primeros antisemitas del planeta, los que se burlan del que no vive en Israel y lo consideran infrahumano. Ellos son los que utilizan la historia del pueblo judío como excusa para asesinar. Y todo para crear un país tan insulso, tan falto de creatividad, de humanismo, de literatura, de imaginación. Ellos son los que crearon un país en el que los militares son héroes culturales. un país en el que las mujeres, para recibir igualdad de derechos, se convierten e imitan a los hombres. La mujer liberada es la mujer-hombre, la que abandona sus atributos para entrar en las guildas masculinas. Su mundo interior es el que se negó a imaginar un territorio pacifico, en el que la vida, la creación y la alegría, reemplacen al erotismo de la violencia.

¿Cómo vivo en este país? ¿Cómo conciliar con la idea de que mis impuestos aporten de alguna manera a la manutención de un sistema opresor y antidemocrático? Esas son cosas que me vengo preguntando hace bastantes años. En una época tenía la idea narcisista e inocente, de que algo podría cambiar, y que yo podría contribuir a ese cambio. Pero la única solución viable es la re-emigración, acto de por si complicado, aunque no imposible. Creo que se acerca la materialización de ese acto.

Este país está acabado y es una vergüenza. Somos una vergüenza. No quiero vivir con la vergüenza a la que me llevaron mis decisiones de adolescente.

Me llega otro documento que también considero que vale la pena conocer. Supongo que los comentaristas que ya han pasado por aquí no tendrán acceso al mismo (Pido disculpas por este añadido a destiempo...)




EDUARDO GALEANO HABLA SOBRE GAZA

Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.


Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?


El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.


Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.

Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe?

¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?


Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena
 


Fuente Imagen de: http://www.elortiba.org/
https://www.flickr.com/photos/lanpernas2/229074387/sizes/l/




jueves, julio 17, 2014

Uso y abuso de la expresión: Políticamente correcto


Últimamente escucho tanto la expresión "políticamente correcto" que ya me empacha y hastía.  Además no siempre se utiliza con propiedad ni precisión y entonces a la indigestión aburrida se le suma el cabreo. Pienso que es un buen tema para dedicarle una entrada de forma desenfadada, eso sí,  y, como se suele hacer, voy presto al Google para buscar algo de documentación. El primer documento que abro me encanta, me sorprende y me divierte al mismo tiempo. No necesito más.  Por eso lo reproduzco textualmente:
"Políticamente correcto: Adjetivo de dos palabras aplicado a la doctrina del quererquedarbienismo aplicada al lenguaje.
El quererquedarbienismo es una tendencia de la doctrina social postmoderna consistente en evitar caer en descalificaciones gratuitas para no ofender a minorías, medianías y mayorías sociales tales como los maricones, los negros, los mendigos y los subnormales; a los que se refieren como afeminados (aunque lleven bigote y se maten en el gym), negritos (aunque midan tres metros), desafortunados (aunque la vida les haya dado multitud de facilidades y hayan acabado en la calle por ser unos putos vagos) y especiales (aunque lo único que tienen de especial es la educación)
La diferencia entre la buena educación simple y llana y el lenguaje políticamente correcto (en adelante L.P.C.) es que el usuario del LPC tiene la voz ligeramente más aguda al decir ramera, debido a la falta de cojones para llamar puta a una mujer que cobra por follar.
Nacimiento de palabras políticamente correctas: En realidad, querer quedar bien con todo el mundo es una aspiración de hombres y mujeres tan ancestral como comerse los mocos. Ciertas profesiones, como la de político o política abogado o abogada, vendedoro o vendedora ambulante, periodista o periodisto, jueza o juezo, necesitan utilizar un lenguaje quererqedarbienista para su trabajo; ahí nació el lenguaje políticamente correcto.
Comprobada su utilidad en estos campos, el LPC fue adoptado a todos los ámbitos de la sociedad; hoy en día constituye una muestra de la educación, altura moral y benevolencia del hablante, que ni discrimina a las personas de piel más oscura que la suya llamándoles negros (horrenda  palabra) ni ofende a las mujeres de moral relajada tratándolas de putas.
Este lenguaje pretende reflejar en el habla lo que han sido logros sociales, políticos, etc. en cuanto a libertad, igualdad y fraternidad. El problema es que el lenguaje vulgar está vivo y no suele ser muy libertario, igualitario ni fraternitario. Por ello hemos de concentrar todo nuestro esfuerzo en cambiar esta terrible situación, empleando el LPC en nuestra vida diaria. En general, para poderse mantener dentro de lo políticamente correcto es necesario tener mente de censor; no se puede dejar pasar un mal pensamiento sin riesgo de que este repercuta en nuestra corrección política y nos haga quedar en ridículo ante todo el mundo:
Observemos un ejemplo práctico:
Juan va por la calle y ve a lo lejos a Luis, que camina con muletas. El primer pensamiento de Juan es decirle:
¡Vaya!, ¿Estás jodido de la pezuña, eh?
Pero esto, se dice Juan, es como insinuar que no vale. Mejor decir:
¡Vaya! ¿Te has quedado inválido, eh?
Pero esto, se dice Juan, es como insinuar que ya no vale, Mejor decir:
¡Vaya! ¿Te encuentras temporalmente incapacitado, eh?
Aunque incapacitado es el que no tiene capacidad, cosa que al pobre Luis no se le puede aplicar; por ello, cuando Juan llega a la altura de Luis su comentario es:
¡Vaya! ¿Te encuentras en la situación de ser una persona tan válida como el resto que debido a los infortunios de la vida ha visto mermada su capacidad pero a la que todos queremos y apoyamos, especialmente yo, eh? (porque soy muy buena persona y quiero que todo el mundo lo sepa y me lo digan mil veces al día)
A lo que Luis, sin el menor tacto replica:
¡No, estoy cojo, imbécil!
El lenguaje políticamente correcto en determinados ámbitos se ha prodigado hasta la saciedad, sobre todo en el discurso de los políticos de todas las tendencias, y se ha propagado sin reparo ni crítica en todos los medios de comunicación. El problema que plantea, entre otros, es que se utiliza el término tanto para apoyar una idea como la contraria y "La extensión hoy de lo políticamente correcto se ha convertido en una enfermiza ocultación de la realidad a través del lenguaje eufemístico" (Eugenio del Río). Otra moda es la de desmarcarse de lo políticamente correcto, como forma de rebeldía, dado el desprestigio que suele acarrear dicho adjetivo. Pero lo que resulta cansino, insisto, es la reiteración en el uso del dichoso adjetivo. Eufemismos siempre han existido...
Propongo a los comentaristas que aporten una frase que se ciña a los cánones de lo que se entiendo por "políticamente correto" Ahí va una muy en boga:

ERE (Expediente de regulación de empleo): De esta empresa, 300 trabajadores se van a la puta calle

Fuente: http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Pol%C3%ADticamente_correcto

martes, julio 15, 2014

GAZA - ISRAEL: CONTRASTES


Incesantes bombardeos de la franja de Gaza


Una mujer palestina corre con una niña tras la explosión en un edificio de la ciudad de Gaza


Israelíes que estaban en una playa de Tel Aviv corren en busca de un refugio tras sonar las alarmas antiáereas.



Dos judíos ultraortodoxos observan los bombardeos sobre Gaza desde un punto cercano a la ciudad israelí de Siderot.


 Tanques israelís: operación terrestre

He omitido comparar la diferencia de víctimas y heridos por un lado y otro, así como las escenas más trágicas. 


miércoles, julio 09, 2014

HE VISITADO LA VERGÜENZA DEL MURO/VALLA DE CISJORDANIA


Belén (En esta plaza encontré la sucesión de mapas donde puede verse
 la progresiva desaparición de los enclaves palestinos)





Estos días, una vez más, se repite uno de los episodios más vergonzosos de la  historia contemporánea. Israel y Palestina enfrentados en una lucha desigual en la que a David de poco o nada le va a servir la honda para enfrentarse con Goliat. En el último siglo, pocos pueblos, además del judío, han sufrido un destino más trágico que el pueblo de Palestina. Me pasma, me aflige  y me indigna que un pueblo tan injustamente maltratado como el judío, haga lo propio con el palestino. Y la Humanidad, tan campante, mirando hacia otro lado...

Tras la II Guerra Mundial, los palestinos fueron brutalmente colonizados por el nuevo estado constituido en 1948, Israel. En 1967 Israel pasó a ocupar militarmente lo que quedaba de Palestina (Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental). En 1982, por tercera vez, funcionó la "limpieza étnica", esa vez contra los terroristas palestinos - según les denominan unos - o la resistencia, como les denominan otros...

Hoy, en los territorios controlados por Israel habitan 4 millones de palestinos (3 millones en los Territorios Ocupados en 1967 y otro millón dentro de las fronteras de 1948). Pero la mayoría de los palestinos (4,5 millones) vive en la diáspora, repartidos entre decenas de países de los cinco continentes. Jordania es, con notable diferencia, el país que alberga más refugiados palestinos. He tenido oportunidad de verificarlo directamente...

Recientemente he visitado Jordania, Jerusalén y algún enclave de Cisjordania (1). Afortunadamente me he librado por los pelos de los lamentables, trágicos y luctuosos acontecimientos actuales que ocupan páginas de portada en los medios: asesinatos de adolescentes israelíes, palestinos, sed insaciable de venganza y bombardeos indiscriminados  e incesantes  de la franja de Gaza, con los consiguientes "daños colaterales"... de inocentes niños muertos. Estos sucesos se vienen repitiendo periódicamente y parece ser que nadie quiere ni puede atajarlos. Israel, como bien sabemos, goza del respaldo incondicional de los EE.UU, sean quienes sean sus mandatarios. Las palabras de Obama son tan fútiles  e inútiles que ni siquiera se hacen acreedoras de que se las lleve el viento... El peso e influencia del sionismo norteamericano pinta mucho más. La prensa y la TV norteamericanas, manejadas por el lobby sionista, presentan el genocidio de los palestinos como otra batalla de la "guerra contra el terrorismo".

Confieso que inicié este viaje - aplazado en dos ocasiones por razones obvias - con la idea predeterminada y la convicción de que el pueblo palestino era la víctima. La estancia en esas convulsas tierras del Oriente Próximo me ha confirmado y reafirmado que no estaba nada lejos de esa verdad. Cisjordania es una colonia, cada vez más estrangulada, de Israel y lleva camino de desaparecer hasta del mapa. Una breve visita al amurallado enclave  palestino de Belén,  y con la mirada puesta un poco más allá de la iglesia de la Natividad donde se supone que tuvo lugar el nacimiento de Jesús, me ha hecho aterrizar en la penosa realidad que vengo describiendo: los palestinos están encarcelados, aunque tengan el cielo estrellado por techo...

Cuando llegas al puesto principal de control para entrar en Belén te encuentras con un gran letrero colocado sobre el Muro de Separación que dice La paz sea con vosotros. Por una extraña asociación de ideas, me vino la imagen de alguien que entra en una especie de  corral/cárcel amurallado y le saludan con esa aparentemente bienintencionada frase. Suena a sarcasmo. Supongo que esta propaganda va dirigida a los peregrinos y turistas porque los residentes dentro de las murallas están sufriendo un apartheid intolerable. Gran parte del territorio que se halla fuera de las murallas viene siendo anexionado al municipio de Jerusalén. Lo mismo ocurre en la aldea de Palestina en la que se encuentra el Campo de los Pastores donde se dice que los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús. Israel se apodera de territorios palestinos incesantemente para beneficio de los suyos... Sobre todo de los  colonos que llegan sin cesar y requieren de asentamientos, aunque sea en terreno ajeno...



Belén, que vive del turismo y de los peregrinajes, sufre un aislamiento y una fragmentación que amenazan su supervivencia.  Los palestinos de Belén deben solicitar permisos para entrar en Jerusalén, mientras que los ciudadanos israelíes van y vienen a su gusto. Muchos han optado por dejar la ciudad ante la falta de trabajo y libertades.

Por supuesto, Israel justifica la construcción de estos muros en torno a enclaves palestinos arguyendo que su función es evitar que entren en su territorio miembros de los grupos armados palestinos (Hamás), armas, explosivos... procedentes de Cisjordania.


El 80 % de dicho muro - más de 600 km. - ya está construido. Esta barrera de hormigón o valla mina la posibilidad de habitar  docenas de pueblos y comunidades, lo que supone un grave deterioro de sus derechos humanos. Comunidades de palestinos y familias quedan separados entre sí y de los lugares de trabajo, centros educativos y de otros servicios... El muro es parte de un sistema de unos 550 controles y bloqueos que han levantado las autoridades israelíes para controlar a la población de palestinos de este territorio.
(La línea roja del mapa marca el emplazamiento del muro)







El caso fue remitido a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que, en su opinión consultiva de julio de 2004, determinó que la valla/muro violaba el derecho internacional humanitario y de derechos humanos y que Israel debía detener la construcción del muro dentro de los Territorios Ocupados, desmantelar las secciones ya construidas allí y reparar el daño causado. El gobierno israelí rechazó las recomendaciones de la CIJ haciendo caso omiso de sus exigencias.

Amnistía Internacional considera que la construcción de la valla/muro constituye una violación del derecho internacional y está contribuyendo a la comisión de graves violaciones de derechos humanos. La necesidad legítima de Israel de garantizar sus fronteras e impedir el acceso a personas que pueden suponer una amenaza no justifica el levantamiento de una valla/muro dentro de los Territorios Ocupados. Israel pasa también olimpícamente de estas recomendaciones y su amigo incondicional, el Tío Sam, mira hacia otro lado...

Construido de norte a sur y a través de parte de Jerusalén, cuando esté terminado el muro/valla medirá 700 km. Es una estructura compleja que incluye alambradas de espino, zanjas, zonas de arena fina para detectar huellas, torres de vigilancia, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques, así como zonas adicionales de defensa y áreas restringidas de diversa profundidad. El diseño del trazado responde al objetivo de rodear los más de 50 asentamientos israelíes donde vive un 80% de colonos, incluyendo extensas áreas de tierra alrededor de ellos. Esto creará una continuidad de los asentamientos con Israel.

Los palestinos resisten  no solo una ocupación de carácter colonial, sino el intento de aniquilarlos como pueblo, mediante la diáspora, las detenciones en masa, la privación de agua, las humillaciones diarias del racismo y del  apartheid, la aplicación de la Nueva Ley del Talión: por cada muerto israelí, 100 muertos palestinos...

Muchos justificarán las represalias judías como respuesta al terrorismo/resistencia palestino, pero lo que hace Israel es inusitadamente peor: terrorismo de Estado.

Me temo que este litigio entre dos entes tan desiguales no cesará hasta que se conceda el derecho de autodeterminación al pueblo palestino o lo que es  peor, hasta que desaparezca este del mapa. Ya falta menos...


(1).- Tengo pensado escribir algunas entradas, fruto de este corto viaje (Ammam, Jerash, Petra, Mar Muerto, paso fronterizo por el puente de Hussein - la peor experiencia viajera de toda mi vida - , Jerusalén, el judaísmo ortodoxo, Museo del Holocausto...), pero alternándolas con otras más dispares... 

lunes, julio 07, 2014

Me agrada más una Harley que la Venus del Milo


Las motos tienen un relevante protagonismo en las calles y avenidas de la ciudad condal. Ya estamos acostumbrados. Sólo en China he visto más proporción de motos que aquí.



Sin embargo, este pasado fin de semana la concentración de más de 12.000 Harley-Davidson han acaparado todas las atenciones. Sobre todo las de los que tenemos debilidad, que raya en la veneración,  por este tipo de motos. Afortunadamente las Harley no son eléctricas como las motos en China. El color y la música del característico sonido de los motores bicilíndricos de las motos Milwaukee son el santo y seña que las hace tan especiales. 

Un desfile espectacular ha recorrido durante una hora las calles de Barcelona ante la mirada de miles de espectadores. De esta forma concluían tres jornadas dedicadas al mundo Harley que han incluido una exposición en la Feria de Barcelona visitada por un millón de personas. Que no es poco...

No sé por qué, pero lo cierto es que la visión de este espectáculo me ha traído a la memoria aquella célebre frase de Filippo Tommaso Marinetti, fundador del movimiento futurista vanguardista allá por el año 1909, que encabeza esta entrada. Nunca antes nadie se había atrevido a expresar algo parecido. Aquello, a todas luces, era una provocación que rayaba en la insolencia. Todo está publicado en la primera página del diario "Le Figaro" el sábado 20 de febrero del año mencionado. El título era: Le Futurisme.


Recuerdo también que cuando explicaba a los alumnos de COU el tema de los vanguardismos, siempre había alguno que me preguntaba mi opinión sobre lo de considerar más bello un automóvil que la Victoria de Samotracia... Mi respuesta siempre era la misma  y un tanto ambigua: "Es una comparación absurda que  no tiene pies ni cabeza" Lo que no me atrevía a decirles - supongo que por algún tipo de prejuicio - es que mi sueño dorado era cruzar los EEUU de costa a costa a lomos de una Harley... Sueño, todo hay que decirlo, que ha quedado en humo. Como tantos...

Si la pregunta me la hiciesen hoy, sería mucho más preciso y explícito. La edad nos hace más viejos, nos cansamos más al escalar una montaña, pero nuestra mirada es más libre y nuestro criterio más amplio, sereno y libre de ñoñerías y prejuicios...Si la cuestión me la plantearan hoy, repito, les diría sin asomo de duda alguna lo mismo que Marinetti, pero con alguna variante: "Me agrada más una Harley que la Venus del Milo". Fijo.







HIKIKOMORI: EL SÍNDROME DE LA RETIRADA SOCIAL

Supongo que todos los países tienen alguna que otra peculiaridad. Japón destaca por distinguirse de los demás países por la característica d...

VANESSA INCONTRADA: Hija de padre italiano y madre española: Nacida en Barcelona. Rostro del Año

VANESSA INCONTRADA: Hija de padre italiano y madre española: Nacida en Barcelona. Rostro del Año
LLEGAR HASTA EL FINAL TIENE PREMIO

De ANGIE para LUIS ANTONIO

"Haikuquero es
el beso que se entrega
cuando hay querer".